Revista : Los Orbes

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viernes, 30 de enero de 2009

Texto de Libro de Kryon (Republicación) - Los Orbes

Referencia al Libro XI de Kryon

¡Bienvenidos! Esta página es un suplemento del Libro XI de Kryon, Levantar el Velo, en el que se mencionan los Orbes y el viaje de Lee, a un antigÜo observatorio en una cueva debajo de la pirámide principal de Xochicalco en el estado de Morelos (38 kilómetros - 24 millas al suroeste de Cuernavaca, México). La referencia está en la página 35 del Libro XI de Kryon en Español.

¡Observen tambi´´enlo que dice el mensajesobre el que flota el Orbe !,














Esto es una ampliación de la Fotografía de la Presentación de Lee Caroll en las Naciones Unidas(izquierda) el 31 de marzo de 2006. Puedes Ver el orbe arriba y ala derecha de su cabeza.














Jorge Alberto Báez Guerrero, en los escalones que conducen al observatorio prehispánico de Xochicalco en el estado de Morelos Situado a 38 kilómetros (24 millas ) al suroeste de Cuernavaca, México.

La Foto que aparece arriba cuando Jorge comenzó su meditación. De Hecho, hay algunos orbes tenues que apenas se pueden apreciar. La fotografía superior se tomó minutos después. ¡Cuantos Orbes!, Como Dice Jorge: "Siempre están aquí." La Fotografía derecha representa la ampliación indicada por el rectángulo en la Fotografía superior. L Fotografía de mas abajo, muestra una ampliación mucho mayor indicada por el rectángulo en la fotografía que se aprecia poco más arriba.


Noten que hay una estructura dentro de los Orbes. Esto es algo común que ya ha sido apreciado. Muchos Sienten que es una fotografía directa de energía interdimensional de algún tipo.






Entrar en los orbes de luz
Puede parecer que me salgo mucho del tema, pero quiero revelar una de las cosas que tanto el doctor Luis como Jorge han documentado: la presencia de ORBES –siempre allí, siempre fotografiables– dentro de esta cueva.
Los orbes son las pequeñas bolas de luz que aparecen tanto en las cámaras de película como en las digitales de vez en cuando. Si las amplías en las fotos, son de múltiples colores y parecen tener complejas formas, siempre un poco borrosas. No son creadas por «el destello de la lente» (fenómenos comunes en las cámaras creados por la luz brillante que muestran fenómenos de fabricación en la lente), y no tienen la si­metría que indicaría que son problemas del cristal. (En otras palabras, no están «alineados» en una simetría que ocurriría si fueran parte de reflexiones internas de una lente de cristal defectuosa.) Son verdaderas, inexplicables y aparecen con regularidad en muchas fotos.
No voy a hablar mucho sobre la realidad de los orbes, lo que ellos representan, o cómo se generan, ya que hay mucho sobre esto en internet. Personalmente he estudiado tres libros fotográficos sobre el tema, pero lo que no he visto es ninguna investigación real. He hablado con algunos fotógrafos metafísicos que en realidad enseñan fotogra­fía en una universidad. Ellos defienden un punto con el que podrías no estar de acuerdo, pero también son hombres de ciencia y todavía sienten de algún modo que se trata de algo de «la cámara» o de polvo en las fotos. Esto es una apreciación justa y esperada, pero sin ningún tipo de investigación, realmente no lo sabemos. Nunca he visto prue­bas del tipo en las que puedes tomar fotos de orbes en situaciones con­troladas. De repente, nosotros teníamos una de aquellas situaciones y yo iba a aprovecharla.
El día anterior a la presentación en PowerPoint, habíamos visto fotos de muchos orbes en el observatorio, y dentro de una cueva adya­cente (igual de oscura). Yo vi una foto de Jorge meditando en algunos escalones de la cueva con muchos orbes a su alrededor, más orbes de los que hayas visto jamás en cualquier fotografía. ¡Te lo garantizo! ¿Quie­res verlo? Visita [www.kryon.com/orbs] para verlo por ti mismo. Tanto Jorge como el doctor Luis me dijeron que los orbes estaban siempre allí, y que cada vez que se sacaban fotografías en la cueva se veían. ¡Ahí estábamos nosotros en aquella cueva con tres cámaras! Dije: ¡Hagamos algunos experimentos básicos con los orbes! Y eso hicimos.
Luis y yo nos sentamos en los escalones de la cueva en total os­curidad. Esto es importante, ya que muchos que dudan de los orbes sienten que simplemente son creados por luz residual del interior de la cámara, que entra a veces por la zona de la mirilla trasera. Así que ense­guida eliminamos el problema de la luz diurna perdida. (Para ser justos, por supuesto que la propia luz del flash podía contribuir a la luz per­dida.) Nunca he visto orbes mientras fotografiaba en total oscuridad. Siempre estaban en situaciones donde llegaba luz de muchos sitios. Así que sentí que teníamos casi un cuarto oscuro científico para examinar el acontecimiento. ¡Ninguna luz perdida, tres cámaras que representaban a dos tipos de digitales y dejando pasar un tiempo para intentar conseguir y analizar los orbes!
Las cámaras son algo que conozco. Pasé toda mi juventud en la tienda de artes gráficas de mi padre (Carroll Graphics, en San Diego) y la fotografía se ha convertido en mi afición. En la tienda de mi padre había cámaras tan grandes que un Humano podría meterse dentro de ellas, y pasé muchos años trabajando durante el verano y aprendiendo todo sobre óptica y sobre cómo funcionan todas estas cosas. También tengo una mente científica, así que estaba preparado para examinar algo que podría ser un determinante en el aspecto de los orbes.
Una de mis sospechas era que el aspecto de los orbes en la fotografía podría ser específico de la cámara. En otras palabras, la pregunta lógica podría ser: «Algunas cámaras fotografían los orbes mejor que otras? Y si es así, ¿por qué? ¿Qué dice esto sobre los orbes o qué po­drían ser?». Yo estaba preparado para cualquier respuesta, aunque todos los que me rodeaban estaban convencidos de que los orbes eran la energía interdimensional que «se resalta» sólo en la fotografía realizada con flash electrónico (que, debido a su alta frecuencia fotónica, permite capturar a los orbes), y no son previsibles.
Ese día nuestras cámaras eran de dos tipos. Dos de las cámaras eran digitales de bolsillo. Del tipo de entre 200 y 400 dólares, en las que puedes ver el objeto en una pequeña pantalla de vídeo mientras lo fotografías. Mi cámara era una Nikon Digital SLR de alta calidad. Te­nía un zoom profesional de 18 mm a 70 mm . Cada cámara usaba su propio flash interno, pero el mío era más potente que el de los demás (de más luz).
Nunca he visto orbes en fotos hechas con la luz normal o con un largo tiempo de exposición. Sólo parecen resaltarse en la fotografía realizada con flash electrónico. Esto indicaría que la luz del flash tiene algo que ver con la iluminación de la que están hechos, o que de algún modo los atrapa en una coyuntura en el tiempo físico que las fotos sin flash no pueden hacerlo. Cada cámara fue puesta (por defecto) a 1/60a parte de un segundo, que es el flash típico por defecto que se pone para la mayoría de las cámaras. Que conste que los orbes han sido captados tanto con cámaras de negativos como con digitales.
Si realmente lo estuviéramos haciendo científicamente correc­to, este «experimento de laboratorio» debería estar hecho con flash, sin flash y con diferentes tiempos de exposición y velocidades de obtura­dor. Nosotros no teníamos ni esa capacidad ni tiempo. Pero creo que lo que realmente hicimos es significativo, y lo ofrezco para los que estén investigando más sobre el tema.
Luis y yo nos sentamos sobre el escalón superior de la cueva a unos seis metros de distancia de nuestro equipo. Estábamos ligeramen­te elevados. Comenzamos a meditar, y se prepararon las cámaras para que dispararan a intervalos de varios minutos cada una. Nos quedamos en los escalones durante aproximadamente diez minutos mientras las cámaras flasheaban. Los operadores de las cámaras no sincronizaron sus disparos. En otras palabras, era aleatorio. Además, todos nosotros fui­mos muy cuidadosos para no remover el polvo.
Los resultados fueron divertidos y crearon más preguntas de las que contestaron. Lo que relato aquí es lo que vimos en el examen pos­terior de las exposiciones. Inicialmente, no hubo orbes captados por ninguna cámara en los primeros momentos. Era interesante, ya que si los orbes fueran polvo, sería de esperar que nuestra subida a las esca­leras dejara una ráfaga. Después de unos minutos, los orbes comen­zaron a resaltar. A los siete minutos, había muchos de ellos y éstos se quedaron hasta el final. Naturalmente, como meditadores (y tipos extraños) nuestra explicación es que los orbes representan la energía que nosotros metíamos en nuestra área, y que aumentaron con la gran energía que creábamos espiritualmente. Los escépticos dirán que hi­cimos grandes disparos de polvo en un lugar muy polvoriento. Pero hay dos cosas que no parecen convincentes en esto. Primero, nuestros movimientos deberían haber creado polvo, no nuestra quietud. Reci­bimos resultados opuestos si es que los orbes son polvo. Segundo, en­tonces ¿por qué no se resaltó «el polvo» en la mejor y más potente cámara con flash?
También hay que considerar otra explicación, y es que independientemente de lo que sean, son sensibles al calor, y como nosotros calen­tábamos la zona con casi cien grados por cuerpo, vinieron de donde estuvieran a nuestra área más caliente. ¿Quién sabe?
Las dos pequeñas cámaras digitales produjeron muchos orbes. Lo que tuvieron en común era que la cantidad de orbes era coherente: pocos al principio y montones al final. Pero nunca fueron idénticos. Esto también es interesante, porque muestra que independientemen­te de lo que está siendo fotografiado, incluso a la vez, es único en cada momento preciso. Una comparación precisa mostró que los orbes no estaban en el mismo lugar de una cámara a otra.
El siguiente atributo es decepcionante para mí, ya que esto pro­nostica que se avecina un problema. ¡Mi cámara profesional no fue capaz de fotografiar ni un solo orbe! No importa cuándo se disparó, no capturó ni un solo orbe. Cuando las demás veían muchos de ellos, la mía no vio ninguno. ¿Por qué? Sólo puedo suponerlo. Pero recuerda, éste es un tipo diferente de cámara, tiene muchos cristales en la lente (las otras no), y quizá un flash más brillante. La razón por la que me de­cepciona es que las cámaras se están volviendo más sofisticadas y ofre­cen lentes más grandes. Hay una teoría sobre la simplicidad de estas cámaras digitales «menores», que combinadas con una lente elemental de un cristal muy fino, permite esta demostración de orbes. Pero cuando añades la sofisticación de las lentes de los zooms con varios elemen­tos de cristal, las cámaras no los captan. Algo que de alguna manera se muestra realmente a la cámara puede desaparecer según éstas se mejo­ran. ¡Espero que no! ¡Quédate con tu digital barata!
He creado una página en internet que sólo se menciona en este libro, es [www.kryon.com/orbs]. En la primera foto, se me ve en las Naciones Unidas el 31 de marzo de 2006. No supimos hasta más tarde que un orbe gigantesco aparecía junto a mí. Lo hemos ampliado con el fin de que puedas ver a qué se parecen algunas de estas cosas más de cerca. La siguiente, muestra a Jorge sentado en las escaleras de la cueva en los primeros momentos de una meditación. Después de ésta, hay una fotografía increíble de los orbes a su alrededor tras unos mi­nutos mientras él seguía meditando (como dije anteriormente... ¡más de los que hayas visto jamás!). También en esta página hay una foto de la pieza superior del observatorio, que etiquetaron como «un artefacto de alojamiento de sudor» (sí, seguro). Y finalmente, puedes ver algu­nas otras fotos del eje del observatorio, más una de Luis que tomé sin trípode en la oscuridad.
Así pues, ¿qué son los orbes? Los expertos no han llegado a un acuerdo. Todo lo que sé desde aquel día es que Luis y Jorge están en lo cierto: los orbes estaban allí en masa..., fáciles de fotografiar y siem­pre en ese lugar. Cuanto mayor era nuestra energía de meditación, más orbes parecía haber. Uno de ellos se metió en mi garganta y se quedó allí mientras muchos se agrupaban alrededor de Luis. Cuando vimos las fotos más tarde fue bastante alarmante, al comprender que quizá conseguimos un atisbo de energía interdimensional que sólo fue captada porque de algún modo el flash de una cámara fuerza parte de ella momentáneamente a las 3D. La cámara es diferente al ojo Humano porque se abre solamente 1/60a parte de un segundo y se cierra de golpe otra vez. También se sincroniza con una luz muy brillante. Nuestros ojos no hacen esto. No tengo la respuesta, pero estoy con­tento de presentar este simple experimento a los que puedan hacer esto más tarde.
Tomado del libro XI de Kryon "Levantar el Velo"

Obtenido de un correo enviado por Ashtar-Servicio , del sitio http://www.kryon.com/orbs


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